martes, 30 de junio de 2015

La cofradía de los poetas malditos


Había entonces un farol de enfermo cobre
con la rispidez del abrazo de Judas.
Prendieron
hasta el cómplice halo ocre
con el inevitable afán de
la coartada.

Un tren de lascivas bocas, descreidas
de la comodidad del alma obediente.
No es el carbón sino el opio,
manto de musgo en la sinapsis,
quien traga las lascas de frío.
Fue sosiego.

Rimbaud discute con Baudelaire,
entre negras flores y ácidos burdeles.
Llevan el tambor de la pluma
cargada
de pretiles de muerte y
sinuosas cobijas de carne.

Son piel de Sade y alma de Baco,
pero permítanles no ser.
Llueven sódicas gotas de Helena,
de las que riegan el infértil
suelo de los amantes deshilachados
en cobardía;

y tienen la mirada incestuosa de Séneca
y la misoginia de Napoleón
y la telaraña de Adonis
y la vergüenza de Caín
y el bastardo andar de Hermes.

Descifrando el laberinto de Troya,
cuyos labios en V se abrirán,
para el renacer del Fénix
en su dolor monocromático de
manos fotosensibles.

Lo llamaron Artaud.

miércoles, 17 de junio de 2015

Apuntes sobre el otoño

El solemne manual de estilo
no nos permite improvisar.
Cae en compás desgano
una hoja reseca, fugada del
naranjo más triste del barrio.

Pisarla y oírla morir;
En forma de violáceas y austeras
esquirlas de suave
y corrugada presencia.

Esa hoja viajó jornadas
en tonos de carmesí opaco.
Cielo que cela el sueño de ver
rojizos Malbec en degradé.

No te abrigues tanto por hoy;
Caricias impúdicas mas
obedientes en forma de frescor.
La taza, anacrónica, es humo melodía.

Inhalar el olor a hogar – desnudez-,
en mimbre intenso y vetusto papel.
Son las seis o las siete y el Sol
no reniega jamás del retiro.

Obligado, mordido o entregado;
Tu perfume y el pomposo séquito
que lo suceden, de armas tomar
y de horas ver zarpar.

Olvido no es real.
Olvido es impostor, limbo seductor. Con o de otoño.

martes, 16 de junio de 2015

La dama y el whisky



Digamos que en realidad no podemos
-corrección: no debemos-
Un rosado en degradé de lino firme
con la voz aguardiente muda.
Hablabas así.

El lino y el reflejo tenue de una lentejuela
mientras mi cerca es tu profundo,
-no debo pensar lo que no debo hacer-.
Tu vaso apoyado acabó
o lo acabaste así.

Son moléculas que echás y quedan
y el sentir entonces se palpa en éter.
Tu mano indicando el camino
sobre un añejo y crujiente papel.
Lo dibujaste así.

¿Por qué? Porque es la demencia avisando,
y en jugosos suspiros ahí quedó.
Sentí tu mano desplomarse al fin
con sigilosa y aguerrida pertenencia.
Los dos quedamos así:

“Volver con la frente marchita“. No.
En realidad es Sinatra, “Old Devil moon“.
Y esa es la dama, tan puta y tan fina.
Si ves la luna comés del manjar
pensando entregarte así.

sábado, 13 de junio de 2015

Diane Denoir



Un Re sostenido es
un Mi bemol.
Y es la nota de sal
que quema la herida
de una garganta gris
envuelta en perlas.

Un disfraz de velcro
y falsa monotonía,
suponiendo fragilidad
donde el vientre es acero.

Mujer. Amante. Gorrión.
Lejos de Piaf y cerca de
le Carrousel d´Amour
de las gárgolas parisinas.

Los ojos. Los tuyos.
Tan grisverdes y quietos,
más que ternura tienen.
Quién te viera…

Envejecemos como un vino
porque así lo manda
tu gen más galo. 
Nadar en verte así.

La locura es, entonces,
otro punto de vista.
Mateo sabía. No sabemos
cómo pero sabía.

Ah, licor de despedidas.
Nunca cumplís tu promesa
de desaparecer en noches de vidrio.
Mejor me voy.

Je suis sans toi
Avec toi