Ahí, en lo profundo,
abrazaste
diamantes en el barro.
Quema el humo de adentro.
Mentes se reconocen:
disparaste
lenguas que sangran la miel.
Sabe la luna esperar.
Bajo a respirar y vuelvo.
La marcha de agujas va,
escuchaste
ropas de un derrumbe azul.
Tuerce el vaivén y grita:
Bajo a respirar y vuelvo.
El frío te irá destiñendo
sin renglones -atrás-
se fueron.
Mientras tanto relojear
si las letras -cuervos-
volvieron.